El posicionamiento móvil

El posicionamiento móvil

José M. Huidobro.

01 NOV 2001

Los usuarios que utilizan una red telefónica móvil experimentan la facilidad de poder hablar o enviar mensajes en cualquier momento y en cualquier lugar, sin la limitación que supone la dependencia de un terminal fijo. Hasta ahora, esta movilidad ha sido la característica más relevante, pero hay toda una serie de servicios que, ligados a la posición del usuario, están aún sin explotar.

Al desplazarse un usuario poseedor de un teléfono móvil, la red le tiene localizado dentro de un radio de acción más o menos preciso, y en base a ello se le pueden ofrecer servicios específicos para esa área, que serán diferentes de los que puedan ofrecerse a unos metros de distancia. Ello es posible gracias a los sistemas de posicionamiento móvil, que detectan la localización física del usuario. Esta información ya era fundamental para las redes móviles, porque era necesario encaminar las llamadas al teléfono del abonado estuviera donde estuviera. Pero cada vez va a ser más importante conocer exactamente dónde se encuentran los teléfonos móviles, ya que las redes están evolucionando para ofrecer algo más que simples comunicaciones de voz.

Tres motivos clave están potenciando este tipo de servicios. En primer lugar, la utilidad para los abonados y la rentabilidad para los operadores que brindan los nuevos servicios basados en la ubicación del usuario. Además, los operadores pueden utilizar los datos de localización para gestionar eficazmente sus redes y disponer los recursos donde más se necesiten. Finalmente, la implantación de estos servicios se verá favorecida por el hecho de que, según la legislación de numerosos países, es necesario asegurar la localización de los usuarios de teléfonos móviles en caso de emergencia.

La localización de los usuarios móviles y el uso que se hace del conocimiento de su posición puede plantear ciertos problemas, ya que en muchas ocasiones el usuario deseará conservar su intimidad a toda costa. Este es uno de los motivos que impulsan el uso de las tarjetas “prepago”, ya que con ellas no se necesita ningún contrato y el usuario puede realizar sus llamadas sin que sea identificado. En otras ocasiones puede suceder lo contrario, como sucede con las llamadas de emergencia o de localización de vehículos desaparecidos. En cualquier caso, hay que distinguir entre lo que es la localización del terminal, algo siempre posible con mayor o menor precisión si está en funcionamiento, y la localización de quién es su propietario, algo que sólo es posible si existe un contrato que identifique un número de teléfono con un usuario.

La privacidad del abonado es una cuestión clave. Los sistemas basados en terminales que transmiten la información directamente a los proveedores de servicios basados en la posición, a través de Internet, no son seguros y pueden poner en peligro la privacidad del abonado. Es mucho más fiable controlar la privacidad y la integridad conservando los datos de localización dentro del sistema de posicionamiento del operador y transmitiéndolos a los proveedores de servicios sólo tras la correspondiente autorización del usuario, que es quién solicita la información.

El procedimiento que se viene utilizando ahora por los operadores que ofrecen el servicio obliga al usuario a enviar un SMS o realizar una llamada a un número determinado solicitando la información. La posición del cliente se localiza por la red, en función de la antena (célula) que le está dando el servicio, y, a partir de este dato, el operador consulta su base de datos y selecciona la información teniendo en cuenta la posición que se ha indicado. Después, la envía al usuario mediante un SMS.

ACCESO A LA LOCALIZACION

Un sistema de posicionamiento móvil cumple dos funciones: localizar el teléfono y poner estos datos de localización al alcance de los proveedores de servicios. Es importante pensar en ellas por separado porque los requisitos de cada uno de estos sistemas difieren bastante entre sí. El sistema de localización tiene que tener el mismo grado de fiabilidad que la red de telecomunicaciones y debe ser compatible con los estándares de telecomunicaciones de todo el mundo (para poder ofrecer itinerancia internacional) y con equipos de red de distintos fabricantes. Las aplicaciones que utilizan información sobre localización, por otra parte, deben funcionar rápidamente e instalarse independientemente del sistema de posiciona- miento empleado.

Desde el punto de vista legal, los sistemas de posicionamiento móvil se clasifican en basados en terminales y basados en redes. Los primeros requieren teléfonos equipados con hardware o software especial, como por ejemplo, el sistema de posicionamiento mundial por red A-GPS. Los sistemas basados en redes pueden localizar los teléfonos móviles sin necesidad de modificarlos, lo que les permite penetrar de inmediato en el mercado de estos nuevos servicios.

Comercialmente hablando, los sistemas de posicionamiento pueden ser Sistemas de Red Superpuesta (SRS) o Sistemas Integrados de Red (SIR). Los SRS se pueden instalar en cualquier red GSM, ya que sólo utilizan las funciones GSM básicas, pero, al basarse en terminales, poseen un potencial de mercado limitado. Los requisitos de los SIR se especifican en el estándar GSM, ya que las soluciones SIR se pueden emplear en cualquiera de estas redes.

También se han estandarizado diversos métodos de posicionamiento, como:

- Cell ID and Timing Advance (CGI-TA). Es un método basado en redes. Permite localizar un móvil con respecto a una sola célula, con su distancia aproximada desde la estación base, y se basa en un sistema de celdas capaces de medir la distancia recorrida desde la señal hasta el terminal móvil del usuario. El problema está en que, para calcular la posición, esta solución necesita del uso de un mínimo de tres celdas de medición de la distancia (LMU – Location Mesurement Unit), lo que la hace muy costosa visto el elevado número de celdas LMU requeridas para el correcto funcionamiento del servicio. La precisión de su alcance está entre 300 y 1.000 metros, aunque en ciudades densamente cubiertas es mucho mejor, dependiendo del tamaño de la celda, que puede variar entre 100 metros y 35 kilómetros, y de la anchura del arco (aproximadamente de 500 metros), ya que la celda puede ser circular o un sector triangular de 120º.

- Enhanced–Observed Time Difference (E-OTD). Este método, que emplean muchos de los actuales dispositivos de bolsillo, similar al TOA pero que requiere menos celdas LMU, ofrece una precisión de entre 50 y 300 metros, dependiendo de que sea una zona rural o urbana.

- Assisted–Global Positioning System (A-GPS). Este sistema, que da la posición instantáneamente, exige que los receptores GPS estén física y lógicamente integrados con GSM. La precisión de la localización es de entre 3 y 30 metros, cifras que superan lo establecido por la UE y por la US Federal Communications Commission. Los receptores GPS incorporados o acoplados a los teléfonos GSM pueden indicar la ubicación del usuario a los proveedores de servicios, aunque con algunos problemas de cobertura, seguridad y tiempo de respuesta en comparación con el sistema A-GPS. Es una técnica sumamente costosa.

La tecnología a emplear todavía está en proceso de decisión, pero parece ser que se relega la

Así es cómo el GPS de tu móvil consigue localizarte con unos pocos metros de error

Abrir la aplicación de mapas y esperar a que el GPS posicione el teléfono se ha tornado algo tan habitual que no apreciamos la tecnología que actúa en ese margen tan pequeño de tiempo. A pesar de que siempre exista cierto margen de error, una diferencia de varios metros que tiene más de una causa.

Los receptores GPS se han reducido y abaratado en tal medida que ahora los incluyen hasta móviles de menos de 60 euros. Con este componente clave en los smartphones resulta posible desde ponernos en el mapa a trazar la mejor ruta de un punto a otro, todo con una precisión asombrosa: el margen de error es muy pequeño, por lo general inferior a los diez metros.

Quizá tener unos metros como margen de error parezca excesivo, pero lo cierto es que resulta todo un logro para un dispositivo del tamaño de un móvil. Ahora bien: ¿por qué existe ese margen de error?

Historia del GPS y su margen de error

Constelación GPS. Imagen de GPS.gov

Recuerdo la primera vez que utilicé un sistema GPS en un dispositivo electrónico. El accesorio consistía en un módulo independiente capaz de conectarse a móviles y PDAs por Bluetooth. Del tamaño aproximado de una pequeña batería externa, y con la ayuda de los mapas cargados en una tarjeta SD, mi ahora vetusta PDA Acer N30 con Windows Mobile podía indicarme dónde me encontraba en todo momento. Visto en perspectiva no era ni cómodo ni práctico, pero terminó abriendo la puerta a que cualquiera tuviera un receptor GPS en el bolsillo.

Pese a que denominemos como 'GPS' los sistemas de satélites desde los que obtenemos el posicionamiento, lo cierto es que los móviles se conectan a diversos de esos sistemas. El más común es el Sistema de Posicionamiento Global o Global Positioning System, una 'nube' de satélites que orbita a unos 20.000 km del suelo para cubrir todo el planeta. Lanzados por el ejército estadounidense, el sistema satelital fue aprobado para uso civil en 1995. Primero como Sistema de Posicionamiento Estándar (SPS) para dicho uso civil; que mantenía una imprecisión media de 100 metros en contrapartida con el Servicio de Posicionamiento Preciso (PPS), exclusivo para uso militar y con un margen de error en torno a los 20 metros. Posteriormente, Bill Clinton equiparó ambos sistemas para que ofrecieran idéntica imprecisión (en 1998).

El GPS para uso civil estaba limitado en precisión con respecto al uso militar, pero actualmente ambos son igual de precisos

Existen varias redes satelitales, los móviles pueden conectarse a la mayoría. Ahí está el sistema ruso GLONASS, equivalente al GPS estadounidense y que también tiene su origen en el ejército de aquel país. China posee su propio sistema de satélites de posicionamiento, BeiDou. Y Europa anda ultimando su alternativa, Galileo. Combinando todas las redes, y las diversas frecuencias a las que operan los satélites, nuestro móvil consigue marcar con gran precisión nuestra posición en el mapa, tanto en vertical como en horizontal.

Para que nuestro móvil nos posicione correctamente debemos estar conectados a un mínimo de unos 3-4 satélites distintos (la señal es suficientemente precisa con una media de 10-15 satélites). Dado que el receptor GPS del teléfono recibe la señal de dichos satélites, y como conoce con precisión cuál es su situación en el cielo, el software de posicionamiento es capaz de trazar una cruz en el suelo gracias a la trilateración. Básicamente, nuestro teléfono traza circunferencias tomando como centro la señal de cada satélite. Y determina nuestra posición calculando la zona de intersección de todas esas circunferencias: a mayor número de satélites más pequeña es dicha zona de intersección; dando como resultado un margen de error más pequeño.

Cálculo de posicionamiento mediante trilateración. Imagen de Wikipedia

Entonces, si podemos conectarnos a una cantidad bastante grande de satélites (es fácil recibir la señal de hasta 30 de esos satélites), ¿por qué el margen de error es de entre cinco y diez metros?

Hardware, tiempo y condiciones atmosféricas

Por su naturaleza, el posicionamiento por satélite nunca será 100 % preciso porque resulta imposible asegurar una posición sin que exista margen de error de, como mínimo, unos centímetros. Esta sería la precisión máxima de los sistemas de posicionamiento más modernos, por lo general equipos de mayor volumen que un teléfono y mucho más caros.

Receptor GPS profesional Trimble R1 con precisión de hasta 50 cm

Como vemos, el hardware pesa de manera notable en la precisión del posicionamiento. Los equipos profesionales utilizan receptores GPS de mayor capacidad, mejores antenas y, por lo general, operan con doble frecuencia: de esta manera pueden corregir gran parte de los inconvenientes producidos por las condiciones atmosféricas (diferencias de velocidad en la señal GPS al atravesar la ionosfera y troposfera, tormentas solares) y por los errores de posición orbital. No obstante, algunos móviles de última generación ya están incorporando GPS Dual, un punto que mejora de manera notable el cálculo de la posición y el tiempo que se necesita para calcularla.

El tiempo es otro factor clave en el cálculo de la posición ya que, para minimizar el margen de error, es necesario que el receptor no se mueva durante varios minutos mientras recaba las señales de los satélites. Y, dado que un móvil no está diseñado precisamente para quedarse quieto, estar en constante movimiento no facilita los cálculos. Es habitual observar el desfase en las rutas con coche: basta equivocarse de salida para que la aplicación de guiado tarde unos instantes en darse cuenta de que el vehículo no circula por la posición trazada.

Los móviles no están diseñados para posicionar de la manera más precisa posible, sí para que dicho posicionamiento resulte veloz. Mecanismos como el GPS asistido (A-GPS), el posicionamiento aproximado mediante las torres de comunicación y los recientes receptores GPS Dual colaboran en que no tengamos que esperar minutos para ver nuestra posición en el mapa. Y con mucha precisión: a pesar de que el margen pueda ser de varias metros, es todo un logro obtener esa exactitud en un aparato del tamaño de un teléfono.

La tecnología de localización 5G, a examen: por qué es ideal para el coche autónomo y a la vez genera dudas sobre la privacidad

La tecnología de comunicaciones 5G ha sido la protagonista de muchos artículos en Xataka. Hemos hablado de su elevada velocidad de transferencia y bajísima latencia, de la banda milimétrica, del impacto que tendrá en la conducción autónoma, de la tecnología Massive MIMO… Sin embargo, hay un ingrediente más vinculado al ecosistema 5G que está generando mucha controversia y que a los usuarios nos interesa no pasar por alto: la localización.

Las redes 5G que las operadoras de telecomunicaciones están desplegando actualmente tienen una densidad de puntos de acceso muy superior a la de las redes de cuarta generación. Y esto significa que en el mismo espacio utilizan más, y, por tanto, que están más juntos. Hay una razón de índole técnica que explica por qué está siendo necesario acometer el despliegue de esta forma cuando, como podemos intuir, hacerlo así es más caro, lento y complejo.

5G nos propone ventajas, pero también conlleva riesgos que es necesario ponderar

Como os hemos explicado en otros artículos, las redes 5G trabajan a frecuencias más altas que 4G/LTE. De hecho, esta característica es en gran medida la responsable del incremento de la velocidad de transferencia que nos propone la tecnología 5G. Sin embargo, utilizar mayores frecuencias tiene un precio: el alcance de la señal en campo abierto es menor, es más sensible a los obstáculos y las barreras físicas, y, además, su capacidad de penetración en interiores es más reducida.

Las redes 5G se apoyan en una malla de puntos de acceso mucho más poblada que las utilizadas por las anteriores tecnologías de comunicaciones

Para resolver estos inconvenientes las redes 5G que están desplegando las operadoras se apoyan en una malla de puntos de acceso mucho más poblada que las utilizadas por las anteriores tecnologías de comunicaciones. Pero, curiosamente, esta mayor densidad de nodos o puntos de acceso tiene un efecto secundario: la localización espacial de los terminales que se conectan a ellos puede llevarse a cabo con mucha más precisión.

La tecnología 4G/LTE nos ofrece una resolución de localización aproximada de 50 metros, mientras que los requisitos iniciales de 5G nos proponen una precisión de 3 metros en interiores y 10 metros en exteriores durante al menos el 80% del tiempo de conexión. Pero esto no es todo. Sobre el papel las técnicas que habilitan la localización en 5G hacen posible una resolución espacial inferior a 1 metro, por lo que la precisión con la que las operadoras pueden localizar nuestro smartphone es inédita.

Además, esta tecnología hace viable el posicionamiento en tres dimensiones, por lo que, a diferencia de sus predecesoras, consigue localizar un terminal en un espacio con volumen, y no en un plano. Todo lo que hemos visto hasta ahora suena de maravilla. Y en gran medida es así debido a que disponer de una localización tan precisa, como veremos más adelante, hace posible la implementación de nuevos servicios que no son factibles sobre 4G/LTE.

Sin embargo, esta localización tan precisa también puede comprometer la privacidad de los usuarios de un ecosistema de telecomunicaciones que poco a poco acabará imponiéndose. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) publicó a mediados del año pasado un informe que recoge las implicaciones de la tecnología 5G desde el punto de vista de la privacidad, y la precisión de su localización, según esta institución, conlleva unos riesgos que a los usuarios nos interesa conocer.

Estas son las técnicas que utiliza 5G para hacer posible una localización tan precisa

Un apunte importante antes de seguir adelante: la capacidad de posicionamiento que implementa la tecnología 5G complementa al geoposicionamiento mediante los sistemas globales de navegación por satélite actuales, como GPS, Galileo o GLONASS. Estas dos tecnologías de posicionamiento conviven en nuestros teléfonos móviles, y seguirán haciéndolo porque su alcance y los escenarios de uso que plantean son complementarios.

El despliegue de la tecnología 5G se está llevando a cabo en varias fases que van introduciendo sucesivamente las mejoras que están siendo aprobadas por 3GPP

El despliegue de la tecnología 5G se está llevando a cabo en varias fases que van introduciendo sucesivamente las mejoras que están siendo aprobadas por 3GPP (3rd Generation Partnership Project), que es la organización con alcance mundial que se encarga de definir y aprobar los estándares que rigen la telefonía móvil. La transición a las comunicaciones 5G arrancó con una fase inicial bautizada como Release 15 por 3GPP, y a mediados del año pasado esta organización completó la fase Release 16, que, entre otras muchas mejoras, describe cómo debe ser el posicionamiento mediante 5G.

Precisamente esta última fase es la que establece que la localización en interiores debe tener una precisión de 3 metros, y en exteriores de 10 metros. Y para hacerlo posible propone varias estrategias ideadas para trabajar de forma conjunta sobre la red 5G. No es imprescindible que las conozcamos en profundidad, pero tener una idea más o menos certera de lo que proponen puede ayudarnos a entender cómo consigue la tecnología 5G una localización tan precisa.

Una de estas estrategias es RTT (RoundTrip Time). Podemos traducir esta sigla al español como ‘tiempo de ida y vuelta’, de manera que este parámetro cuantifica el tiempo invertido por un paquete de datos en llegar a su destino desde el punto de origen sumado al tiempo que tarda en llegar al origen la confirmación de que el destinatario ha recibido el paquete correctamente. Los elementos involucrados en este proceso son nuestro teléfono móvil y una celda.

Esta diapositiva describe cómo se lleva a cabo la comunicación entre las estaciones base y el terminal para determinar su ubicación espacial con mucha precisión combinando RTT y AoA.

En el ámbito de las redes 5G una celda es una región del espacio en la que reside una estación base de comunicaciones, que es el equipo de la operadora al que se conecta nuestro teléfono móvil. Cada celda tiene una zona de cobertura delimitada, por lo que lo deseable para evitar que haya regiones sin cobertura, y lo que suele llevarse a la práctica, es que la cobertura de varias celdas se solape parcialmente. Esta solución se conoce como topología multicelda.

Lo que persigue la estrategia RTT, en definitiva, es medir el tiempo que invierten los paquetes y los mensajes de confirmación de la recepción en viajar entre nuestro smartphone y las estaciones base que dan servicio en la región del espacio en la que se encuentra. La velocidad a la que se propagan los paquetes a través de un enlace de radiofrecuencia es conocida, por lo que midiendo el tiempo que invierten en el viaje podemos conocer la distancia que existe entre la estación base y nuestro móvil.

Las tecnologías RTT, AoA/AoD y TDOA tienen un rol crucial en la precisión de la localización de 5G

Si, además, ampliamos el cálculo a varias estaciones base podemos identificar con bastante precisión la región del espacio en la que se encuentra el teléfono móvil que queremos localizar. No obstante, la tecnología RTT no está sola. Otra estrategia utilizada en las comunicaciones 5G para hacer posible la localización es AoA/AoD (Angle of Arrival/Angle of Departure), dos siglas que significan ‘ángulo de llegada/ángulo de salida’.

Lo que persigue AoA/AoD es evaluar la dirección en la que se emiten los paquetes entre la estación base y el terminal para identificar el ángulo que delimita la región del espacio en la que reside este último. Esta estrategia es posible debido a que las estaciones base normalmente incorporan varias antenas, de manera que permiten evaluar las características de la señal que llega a cada una de ellas para identificar el ángulo con el que la onda de radiofrecuencia está incidiendo sobre la estación base.

Al igual que en RTT, en AoA/AoD también están involucradas varias estaciones base, de manera que la información que proporcionan todas ellas permite acotar mucho la región del espacio en la que se encuentra el teléfono móvil que es necesario localizar. La última tecnología que nos interesa conocer es la multilateración o TDOA (Time Difference Of Arrival), una sigla que podemos traducir como ‘diferencia del tiempo de llegada’.

En este caso lo que se evalúa es el tiempo invertido por la señal de radiofrecuencia en transportar los paquetes de datos entre el teléfono móvil y las estaciones base. Como conocemos la ubicación exacta de las estaciones, también conocemos la distancia que las separa. Pero sabemos algo más: el instante exacto en el que los paquetes parten de la estación base o el terminal. La multilateración requiere llevar a cabo varias mediciones, pero el resultado, de nuevo, es una estimación muy precisa de la ubicación en el espacio del smartphone que se ha conectado a las estaciones base.

Como hemos visto, la fase Release 16 de 5G propone combinar las tecnologías RTT, AoA/AoD y TDOA, y también el posicionamiento a través de una única celda, para determinar con mucha precisión la localización en el espacio de un teléfono móvil. Lo curioso es que la fase Release 17 va aún más allá. Y es que establece una localización con una precisión en interiores de 1 metro o menos. Eso sí, los escenarios de uso que plantea son industriales, por lo que esta última especificación probablemente solo será relevante para las empresas.

Esta localización tan precisa marcará la diferencia en el coche autónomo

La tecnología 5G, y en especial las comunicaciones en la banda milimétrica, prometen tener un impacto profundo en algunos escenarios de uso industriales. Las fábricas altamente automatizadas pueden beneficiarse no solo de la mínima latencia y la elevada velocidad de transferencia que hacen posibles los enlaces 5G; también de su extremadamente precisa localización. Gracias a estas innovaciones es posible, entre otras muchas aplicaciones, controlar los robots móviles como los que se utilizan en las fábricas de coches con más precisión.

Más allá de las aplicaciones industriales, que son interesantes pero que a los usuarios nos quedan un poco lejos, la localización vinculada al ecosistema 5G promete ser una pieza fundamental en el futuro coche autónomo. Conocer con mucha precisión la posición de los vehículos hará posible la puesta a punto de sistemas automatizados de gestión del tráfico más eficientes y capaces de indicar a nuestro coche cuál es la ruta óptima que debe seguir para llegar a su destino respondiendo en tiempo real al estado del tráfico.

Además, esta tecnología podría tener un impacto beneficioso en el coche autónomo desde el punto de vista de la seguridad debido a que cada vehículo podrá indicar su posición a los coches cercanos con mucha precisión. Estos datos de localización trabajarán codo con codo con la información que recogen los sensores del coche para permitir una toma de decisiones en tiempo real más precisa. La fase Release 17 todavía está en desarrollo, por lo que es probable que durante los próximos meses los organismos involucrados en el despliegue de la tecnología 5G propongan nuevos escenarios de uso.

De lo que podemos estar seguros es de que a medida que las redes 5G se vayan generalizando irán desplegándose nuevos servicios LBS (Location Based Services), que son servicios afianzados sobre la tecnología de localización en tiempo real. Algunos de ellos ya forman parte de nuestro día a día, pero la precisión en la localización que conlleva la tecnología 5G nos permitirá, por ejemplo, entrar en un centro comercial e identificar de forma instantánea cuál es la tienda más cercana que tiene el artículo que estamos buscando al mejor precio. No cabe duda de que las empresas no van a dejar escapar las posibilidades comerciales que tiene esta innovación.

La AEPD ya nos ha alertado: representa un riesgo para nuestra privacidad

En su informe dedicado al impacto que presumiblemente tendrá el 5G en la privacidad de los usuarios, la Agencia Española de Protección de Datos pronostica que cuando esta tecnología alcance una madurez plena pondrá en nuestras manos servicios nuevos y disruptivos, pero también tendrá un impacto alto e impredecible en nuestra privacidad. Y la precisión de su tecnología de localización es en gran medida la responsable de este riesgo.

Es evidente que la tecnología no es el problema. Si se utiliza correctamente para ponerla al servicio de los usuarios primero, y de las instituciones y las empresas después, y se elabora una regulación que garantice que los datos que van a recoger las operadoras de telecomunicaciones acerca de los usuarios no van a estar a disposición de terceros ni van a ser utilizados de forma fraudulenta, nuestra privacidad no debería verse comprometida.

De hecho, este es el camino que recomienda seguir la AEPD. Esta agencia propone que los fabricantes de equipos de telecomunicaciones y los desarrolladores que trabajan en las infraestructuras 5G estén obligados a desplegar soluciones que respeten escrupulosamente la regulación que impone el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) con el propósito de proteger los datos personales de las personas físicas.

Además no debemos olvidar que el alcance de este reglamento se extiende a toda la Unión Europea, y que también están supeditadas a él las empresas extranjeras que procesan datos pertenecientes a usuarios europeos. El párrafo con el que concluye su informe la AEPD refleja con mucha claridad el riesgo que representa la localización mediante la tecnología 5G para la privacidad de los usuarios, y propone cómo deben actuar los reguladores para limitarlo:

«[...] Las redes 4G exigen una precisión de 50 metros, pero con 5G se alcanzarán resoluciones inferiores a 1 metro en tres dimensiones. La amenaza a la privacidad que suponía en el año 2007 la conservación de información de geolocalización no es comparable a la que puede suponer un escenario en el que se han desplegado redes 5G. Por lo tanto, es necesario adaptar la normativa para establecer garantías adecuadas al tratamiento de la nueva información de tráfico y, sobre todo, en relación con su conservación».

No cabe duda de que para los usuarios es una buena noticia que este informe de la AEPD recoja los riesgos que conlleva el despliegue de las redes 5G desde el punto de vista de la privacidad. No obstante, esta es solo la primera baldosa de un camino que debería concluir con la elaboración de una regulación que proteja con las máximas garantías posibles nuestros derechos. Confiemos en que los reguladores actúen con la agilidad que requiere este desafío.

Imágenes | Matheus Bertelli | Adrianna Calvo | Qualcomm

Fernando Ruiz, Author

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